Desperta Ferro! era el grito que producía más terror en el siglo XIII. Los soldados de la llamada Compañía Catalana conquistaban territorios europeos gracias a su coraje, fiereza y osadía. Su grito de guerra anticipaba una superioridad psicológica que, aunque numéricamente fueran inferiores, producía una parálisis en sus enemigos que les llevaba a rehuir el combate ante una derrota segura. Pocos militares transmitían más pánico que los defensores de la Corona de Aragón.
Y no es casualidad que el Espanyol, en 1910, de la mano de su fundador, Àngel Rodríguez, adoptara los colores de los almogávares, y de su almirante Roger de LLúria, y con ello se revistiera de esa actitud de osadía ante el adversario.
Coraje, coraje y coraje
Hasta hoy el Espanyol no tenía ni tiene dinero, poder, apoyo institucional, respaldo mediático, mayoría social, unidad… pero cuando dejamos de lado esa melancolía paralizante, o nos sacudimos el victimismo que nos acompaña, y enseñamos los dientes y mostramos el coraje, ah amigo, las derrotas se transforman en victorias y el pesimismo en sueños. Así ha sido durante los 119 años de nuestra historia. Ganamos partidos y trofeos a base de coraje, coraje y coraje. No hay otro secreto. No podemos competir con la chequera que tienen otros…
Del Huesca al Atlético de Madrid
Y llevábamos 12 años sin que ese coraje apareciera. Y la queja y la crítica se iba incrustando en el ambiente. Pero, por fin, apareció el CORAJE. Gracias Rubi. De jugar como un equipo vulgar que empata ante un Huesca en casa; a ganar 3-0 al subcampeón de LaLiga. ¿Qué pasó? ¿Qué transformó a esos mismos jugadores? El CORAJE.
Estamos de vuelta
Desperta Ferro! El Espanyol está de vuelta. Retornamos a Europa. Equipos franceses, italianos, belgas, holandeses… podéis sentir angustia… El RCD Espanyol vuelve a jugar con CORAJE.
Álex Rosal
Publicado originariamente en Voz Perica
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