El periodista David G. Álvarez ha abordado la guerra cultural en el plató de Periodista Digital con una entrevista a Álex Rosal, a propósito de la publicación de su libro «Despierta y combate a los bárbaros que arruinan tu vida» (LibrosLibres).
Rosal introduce el concepto de «guerra cultural» y aborda el deterioro político, económico y social actual. Explica que la política es la última fase de esta guerra, citando a Gramsci, quien sostenía que para obtener poder absoluto, primero hay que ganar en educación, medios y cultura.
Delegar la responsabilidad en los políticos
Rosal critica cómo la sociedad ha delegado responsabilidades en los políticos, creyendo que solo votar es suficiente. Argumenta que los «bárbaros» avanzan porque la gente con sentido común no ha luchado en los ámbitos cultural, mediático y literario. Según él, la distracción constante y el miedo son las herramientas principales de estos «bárbaros».
Rosal señala una alianza entre magnates capitalistas y la ultraizquierda, quienes buscan dividir la sociedad y controlar la libertad de expresión, movimiento y pensamiento, con el objetivo de crear un «nuevo paraíso en la tierra».
Microcobardías y microvalentías
El libro de Rosal es una llamada a despertar y tomar conciencia del avance hacia el totalitarismo. Propone pasar de las «microcobardías» a las «microvalentías», animando a hacer pequeños gestos que, en conjunto, pueden detener el mal que afecta nuestras vidas.
Rosal resalta la importancia de los pequeños gestos, como una abuela hablando con sus nietos sobre la realidad del mundo. Menciona la «ventana de Overton» y cómo se ha ampliado, dejando un «boquete» en el debate público.
Se discute el papel del cristianismo en proporcionar un código moral y ético. Rosal argumenta que tener una base ética es crucial, incluso para los no creyentes, ya que establece límites sobre lo que está bien y mal en la sociedad.
Rosal recomienda especialmente la segunda parte de su libro, donde ofrece herramientas para «romper la telaraña diabólica» creada por los «bárbaros».
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